Como saber qué tipo de bombilla elegir para cada estancia del hogar.

A tener en cuenta para la elección de un tipo de iluminación en casa son los distintos tipos de tecnologías empleados, potencia de consumo y lúmenes que emiten.

Siempre tomaremos la comparativa de consumo respecto a las tradicionales o incandescentes. Podemos agrupar principalmente en tres tipos de lámparas a escoger. Bajo consumo o fluorescentes y halógenas o Eco-halógenas y LED. Hay que tener en cuenta que no todos los modelos de lámparas emiten la misma cantidad e lúmenes por watio, cosa que hay que tener en cuenta sobre todo en las lámparas LED.

• Lámparas de bajo consumo.                          

Son las de tubitos fluorescentes que desde hace ya años estamos utilizando ya en la mayoría de hogares. Inicialmente tenía un problema de inicio en el que tardaban en conseguir el pleno rendimiento un rato, por lo que si necesitabas un encendido rápido no eran aconsejables. Últimamente este problema ha remitido gracias a que los fabricantes han mejorado su fabricación y esto es ya mayormente un tiempo de espera muy corto. La otra pega que tienen es que si es para utilizarlas en estancias en las que se necesite tener poco rato encendida la lámpara, el estar encendiendo y apagando continuamente acorta su vida.

Su consumo viene a ser de un 20%-30% con respecto a las bombillas tradicionales, cosa que es un gran ahorro. Por ello se las bautizó de lámparas de bajo consumo.

• Lámparas Eco-halógenas.                                

Estas han venido utilizándose desde hace ya bastantes años (halógenas). Lo que ocurre es que desde que entraron las nuevas normativas para sustituir las incandescentes por otras de mejor relación consumo-luminosidad, los fabricantes idearon el sustituir el filamento delas tradicionales por una lampara halógena, con el consiguiente ahorro de energía. Su consumo viene a ser de entre un 70% - 80% sobre las incandescentes. No es mucho ahorro pero a su favor es el precio económico comparándolas con las demás.

• Lámparas LED.                                                  

Son las de menor consumo de todas y aunque su tecnología se remosta hasta los años sesenta, cuando fueron inventadas, desde hace pocos años que se están instalando en nuestros hogares. La mejora en su fabricación ha conseguido que su relación rendimiento-coste esté facilitando que se opte por ellas en detrimento de las otras lámparas. Cada vez se dispone de más modelos y mejores intensidades de lúmenes. Pese a que su consumo equivalente comparándolas con las incandescentes varía según modelos y fabricantes, su ahorro en energía es muy considerable, siendo menor que las demás.

Con todo esto e independientemente de si deseamos que el tipo de luz sea, luz cálida para crear ambiente o luz blanca/fría que nos da más luminosidad, debemos tener en cuenta si la estancia donde vamos a tener la lámpara instalada será solo de paso, con un encendido corto, o vamos a tener un buen rato la luz encendida, que es donde se va a notar más el ahorro.